Los juicios ejecutivos son procesos legales que se utilizan en el ámbito del derecho comercial para hacer cumplir deudas u obligaciones de pago establecidas en documentos como pagarés, cheques, contratos u otros instrumentos financieros. Estos juicios tienen como objetivo obtener el cobro efectivo de la deuda a través de la ejecución forzada de los bienes del deudor.
En el caso específico del pagaré, este es un documento en el que una persona (firmante) se compromete a pagar una cantidad determinada a otra persona (tenedor), en una fecha o plazo preestablecido. Cuando el firmante no cumple con esta obligación, el tenedor puede iniciar un juicio ejecutivo para obtener el cobro a través del embargo y posterior remate de los bienes del firmante.
En cuanto al cheque, si éste es rechazado por falta de fondos o por alguna otra razón válida, y no es saldado por su emisor dentro del plazo legal correspondiente, el tenedor puede iniciar un juicio ejecutivo para reclamar su pago mediante la vía judicial.
Por otro lado, los contratos comerciales también pueden ser objeto de juicios ejecutivos si una parte incumple con las obligaciones establecidas en ellos. En estos casos, la parte afectada puede recurrir a un juicio ejecutivo para exigir el cumplimiento forzoso del contrato y/o reclamar daños y perjuicios.
En resumen, los juicios ejecutivos son herramientas legales utilizadas en derecho comercial para hacer valer derechos crediticios derivados principalmente de instrumentos financieros como pagarés y cheques, así como también derivados del incumplimiento contractual. Están diseñados para proteger los intereses económicos y comerciales tanto de personas individuales como empresas.